La experiencia de los usuarios de autos eléctricos en Chile
- Escrito por Publimark

Estudio realizado por Volvo y Cadem habla de una satisfacción general, de la rutina de carga en casa y lo que se espera de una red pública.
Usuarios satisfechos, comprometidos y listos para volver a elegir es lo que encontró un reciente estudio sobre electromovilidad realizado por Volvo Cars Chile y Cadem, en el marco del reciente Día del Auto Eléctrico.
El 96% de los chilenos que maneja uno de estos vehículos afirma que este cumplió o superó sus expectativas. Según explican los realizadores del sondeo, esta alta valoración se traduce en fidelización.
En efecto, el 80% dice que recomendaría a otros cambiarse a un auto eléctrico, el 88% recomendaría su misma marca y el 70% declara que su próximo auto también será 100% eléctrico. Añade el análisis que los usuarios actuales no solo están satisfechos, sino que se están transformando en los principales promotores del cambio.
Por otra parte, el 70% de los encuestados utiliza su automóvil eléctrico principalmente para los trayectos entre el hogar y el trabajo. Esto confirma, en opinión de Cadem y Volvo, que la electromovilidad ha logrado integrarse a la rutina de las personas que poseen uno de estos vehículos en Chile.
Recarga propia y pública
Uno de los aspectos cotidianos que aborda el estudio es la rutina de carga de baterías. Un 73% de los usuarios carga su vehículo eléctrico en casa durante la noche. Este dato refuerza, según los autores del sondeo, la importancia de facilitar soluciones de carga domiciliaria desde el primer día. Aquello evita que los usuarios deban resolverlo por cuenta propia o depender solo de la red pública.
Respecto de esta última, aunque la experiencia general es positiva, persisten brechas. Un 85% de los encuestados apunta a la falta de puntos de carga como una de las principales barreras al uso. La escasez, equipos fuera de servicio y largas esperas son algunos puntos críticos. Especialmente fuera de Santiago, la dependencia de dicha red aún limita la confianza para desplazamientos interurbanos.
Esperan, en todo caso, los usuarios un rol más activo del Estado en este ámbito. Un 71% considera prioritario promover una red pública de carga rápida en carreteras, 63% pide medidas como la exención del permiso de circulación y 52%, incentivos económicos para renovar autos a combustión antiguos.
Más allá del producto
Indagando en las motivaciones más importantes para cambiarse a un vehículo eléctrico, el primer lugar (82%) lo ocupa el ahorro en costos operativos diarios, seguido del cuidado ambiental (56%) y la experiencia de conducción (51%). Cerca del 90% la considera una compra inteligente, lo que habla de un valor percibido no solo en el vehículo, sino en la experiencia de tenerlo.
“Este tipo de estudios permite mirar más allá del producto y entender a las personas: cómo viven la electromovilidad, qué barreras enfrentan y qué valoran”, comenta Rodrigo Espinoza, gerente de Volvo Cars Chile. Estima él que, además de impulsar esta tecnología, se debe construir una experiencia completa y accesible.
En opinión de Roberto Izikson, gerente general de Cadem, aunque la electromovilidad está dejando de ser una promesa para convertirse en realidad cotidiana, los usuarios perciben aún barreras estructurales. “El temor a no encontrar dónde cargar puede frenar decisiones futuras. Escuchar la voz de quienes ya se cambiaron es clave para orientar políticas públicas y soluciones concretas”, sostiene.
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