Javier Arriola: Del set al algoritmo, la cancha nivelada para todos
- Escrito por Publimark

Head of Brand Marketing de ComparaOnline comenta el efecto de la inteligencia artificial en la producción publicitaria.
Hasta hace poco, producir una campaña audiovisual que llegara a millones era un territorio reservado a quienes podían pagar rodajes millonarios, armar equipos de decenas de personas y esperar meses para ver el resultado final.
Las reglas eran claras: grandes presupuestos, grandes marcas, grandes agencias. Para muchas startups y pymes, eso significaba trabajar con recursos más acotados y con menos posibilidades de acceder a formatos masivos.
Ese tablero está cambiando. La inteligencia artificial ha comenzado a nivelar la cancha de la publicidad. Ya no es necesario contar con un set de grabación ni con una logística de producción que consuma meses; basta con una idea potente, un equipo reducido y las herramientas correctas.
Con Compariniverse, nuestra última campaña en ComparaOnline, lo comprobamos de forma radical: más de 130 piezas originales creadas en semanas, con un ahorro superior al 95% frente al modelo tradicional.
La clave está en que, por primera vez, es posible comparar en términos reales dos modelos de producción: el clásico y el impulsado por IA. Cuando los costos, los tiempos y la diversidad creativa se ponen uno al lado del otro, la distancia es evidente. Esa comparación no solo revela eficiencia, sino que abre la puerta a que nuevos jugadores entren a competir con propuestas frescas y ambiciosas.
Lo más transformador es que la IA no solo reduce costos y tiempos, sino que amplifica la creatividad. Antes, cada iteración era un gasto adicional que obligaba a limitar la exploración de ideas.
"La velocidad, la flexibilidad y el atreverse a experimentar serán las verdaderas ventajas competitivas."
Hoy se pueden probar decenas de narrativas en paralelo, adaptarlas a distintos públicos y formatos, y medir el impacto real casi en tiempo real. Esto no solo permite reaccionar más rápido, sino también construir mensajes mucho más relevantes para audiencias específicas.
Para startups y pymes, esto es una oportunidad histórica: la posibilidad de producir contenido con calidad global y adaptado a contextos precisos, sin depender de gigantes de la producción.
Un emprendimiento con una buena historia y dominio de herramientas de IA puede generar piezas que compitan en televisión abierta, streaming y redes sociales junto a campañas de multinacionales. El juego deja de estar definido por quién tiene más recursos y pasa a centrarse en quién sabe aprovechar mejor la tecnología para contar historias memorables.
Además, la democratización de la producción abre la puerta a nuevos modelos de relación con la audiencia. Hoy, la tecnología permite que los consumidores no solo sean receptores, sino también co-creadores, sumando ideas y participando en el desarrollo de piezas reales.
Esto no elimina el rol humano; al contrario, lo vuelve más estratégico. La narrativa, la coherencia con la marca, la ética en el uso de imágenes y datos, y la visión creativa siguen siendo insustituibles. Lo que cambia es que esas capacidades ahora pueden multiplicarse, escalarse y llegar más lejos que nunca.
En esta nueva cancha, el tamaño ya no es excusa. La velocidad, la flexibilidad y el atreverse a experimentar serán las verdaderas ventajas competitivas. Y, si algo nos demuestra este cambio de paradigma, es que las mejores ideas –vengan de donde vengan– tienen hoy la misma oportunidad de ganar.
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