Expectativas que está generando el desarrollo de la IA

Al parecer, ante lo que puede describirse como un desarrollo frenético de la inteligencia artificial en muchas industrias, las personas aún no se acostumbran a usar o consumir algo que incorpore esta tecnología. No obstante, estiman que lo harán más temprano que tarde.

Una reciente edición del Monitor de Inteligencia Artificial de Ipsos señala que el 83% de los chilenos considera que las empresas deben declarar si utilizan IA en sus productos y servicios. Recogiendo la percepción en 30 países, la investigación revela diferencias regionales en el nivel de entusiasmo por los avances de la inteligencia artificial, la confianza en un uso responsable y las expectativas de impacto futuro.

“Esta edición de nuestro Monitor profundiza en ciertas paradojas que se producen cuando la tecnología avanza más rápido que la adaptación de nuestra sociedad y nosotros mismos”, comenta Nicolás Fritis, CEO de Ipsos Chile. El estudio indaga acerca de lo que los ciudadanos saben sobre IA, además de la confianza y expectativas en el futuro que tienen de esta tecnología.

Nos gusta y nos asusta

Señala el Monitor que el avance de las tecnologías que incorporan la IA ha estado a la par de la percepción del conocimiento que tienen las personas sobre estas. A nivel global, el 67% considera que tiene una buena comprensión de lo que es la IA. En Chile, un 75% de personas declararon tener conocimiento al respecto, y solo un 18% dijo desconocer del tema.

Por otro lado, el promedio global de personas que concuerdan con la afirmación “Los productos y servicios que utilizan inteligencia artificial me ponen nervioso” es de 53%. Chile, con un 60%, lidera ese sentimiento de nerviosismo en Latinoamérica.

En todo caso, casi dos de cada tres encuestados en Chile (63%) consideran que los productos y servicios que usan IA tienen más beneficios que inconvenientes, lo cual ubica al país por sobre el promedio global (56%).

“Nos gusta, pero nos asusta. La mayoría cree que la tecnología es necesaria para resolver muchos de los problemas del mundo, pero también sienten que el progreso tecnológico podría estar ‘destruyendo nuestras vidas’”, explica Nicolás Fritis.

Sentimientos encontrados

Destaca el líder de Ipsos en nuestro país que la adopción rápida de la IA está generando sentimientos encontrados en muchos lugares. “Chile es un claro ejemplo, ya que son más los que piensan que la IA es beneficiosa y les entusiasma, pero también la proporción de personas que sienten nerviosismo al respecto es mayoritaria e incluso superior”, comenta Fritis.

A nivel mundial, un 36% proyecta como “muy probable o algo probable” que la IA reemplace su trabajo en los próximos cinco años. En Chile, esa percepción alcanza un 34%.

Respecto de los impactos, el 38% del total de las personas sondeadas cree que la IA tendrá una influencia positiva en el mediano plazo en su trabajo, el 39% proyecta que se mantendrá igual y el 16% piensa que será peor. En Chile, el 44% es optimista, el 36% tiene percepciones neutras y el 17% negativas.

Desde el punto de vista del usuario o consumidor, existe una preferencia transversal por productos y servicios hechos por humanos. Aunque hay un alto nivel de acuerdo en que muchas funciones serán realizadas principalmente por la IA.

Que el Estado haga lo suyo

Profundizando en el consumo, señala el estudio que el 77% de los encuestados en Chile prefiere que tanto noticias como artículos o sitios web en línea sean creados por humanos.

No obstante, el mismo porcentaje de personas en el país estima que es probable que la redacción de noticias y artículos sea una tarea realizada principalmente por la IA.

Algo similar ocurre en la publicidad. El 64% prefiere que los anuncios de televisión, o de plataformas como YouTube o TikTok, sean creados por humanos. Pero un 83% dice que es probable que esa creación de contenido de marca sea una función de la IA.

En cuanto al rol de las instituciones, dos de cada tres chilenos (67%) confía en el gobierno para regular la IA de manera responsable, ubicando a Chile en el quinto lugar de los 30 países del estudio, superado solo por naciones de Asia Pacífico.

Para Nicolás Fritis, es una típica respuesta chilena. “Cuando algo nos genera cierto nerviosismo, ponemos nuestras expectativas en que el Estado haga lo suyo y dicte alguna forma de ley o regulación que proteja a las personas”, comenta el CEO de Ipsos Chile.