La espuma de las cervezas artesanales tiende a decantarse ^Destacado

La Copa Cervezas de América (CCA) nació el 2011 como un evento de marketing para mostrar al exterior marcas chilenas de cerveza. Hoy es un espacio de reunión de proveedores, marcas y diferentes actores ligados al rubro. En el certamen participan cervezas de todo el continente, compitiendo por ser los mejores exponentes de diferentes categorías.

Pero finalmente es un encuentro de la cultura cervecera a nivel latinoamericano, que fomenta el intercambio de conocimiento entre exponentes del rubro. Y ha logrado revelar la realidad de un mercado en el que participa un sinnúmero de actores. En efecto, cervezas artesanales las hay en casi todas las regiones de Chile y algunos hasta las fabrican en sus propias casas.

Aunque se estima que este segmento todavía no llega al 1% del mercado, un hecho cierto es que ellas están en boca de todos. Según la Asociación de Cerveceros Chilenos (Acechi), en el país se producen 6,8 millones de litros de este tipo de cervezas, lo que las hace ser un mercado en auge, que resiste las abundantes importaciones.

En la organización de la CCA, cuya última edición fue en agosto de 2016, estiman que el mercado de las cervezas artesanales debiera seguir creciendo a tasas de entre 15 y 20% en los próximos años. Ello porque, en la medida en que los cerveceros artesanales aprovechen su mercado más próximo lograrán una base de ventas sostenible que les permitirá crecer en un negocio que es cada vez más competitivo.

Eventos como la propia Copa y otros festivales han sido la plataforma habitual para presentar las marcas de cerveza artesanal, lo mismo que la presencia de estas en la oferta de restaurantes, pubs y bares específicos. Así lo confirman estudios de consultoras como Euromonitor, que hablan de un nicho en crecimiento. La entidad estima que existen alrededor de 300 cervecerías activas, incluyendo pequeños productores artesanales con limitada distribución local compitiendo en el mercado.

En paralelo, se han desarrollado también diversos modelos de distribución, como una manera de sortear las barreras de entrada que suele poner el retail tradicional a negocios pequeños y medianos. Uno de ellos es el de las ventas por Internet, como las que hace la tienda online Beerly, que nació hace dos años como una iniciativa para acercar este tipo a cervezas a consumidores poco familiarizados con el rubro. Mensualmente despacha a domicilio productos de pequeños cerveceros, como Scar o Craft, y medianos como Kunstmann o Guayacán.

Si se quiere hablar de marcas, la cerveza Quimera es otra que comprueba el crecimiento de la cerveza artesanal. Sus directivos han comentado que esta cerró el 2016 con un aumento en ventas, del 32% respecto del año anterior, asumiendo que el mercado ya comienza a madurar, decantándose luego de una explosión de oferentes y marcas.

Por el momento, si de competencia se trata, para las cervezas artesanales la más directa la constituyen las importadas. Según Acechi, las importaciones en este rubro crecieron 18% el último año, lo que equivale a cerca de US$ 168 millones e implica una participación del 7% en el mercado total, mayor que las locales artesanales. La mayoría viene de México, Argentina, Estados Unidos y, en menor medida, Alemania, cuyos envíos a Chile se duplicaron el 2016.

Los especialistas e hinchas de las artesanales ven esto como una oportunidad. Según ellos, las importadas pueden ser una antesala para el consumo de artesanales por parte de personas dispuestas a probar sabores nuevos. Se comenta que normalmente, para que este mercado madure, la participación de cervezas artesanales debiera alcanzar a entre un 10% y un 15%, por lo que en Chile queda espacio para crecer.