Sillas gamer y sillas de oficina se disputan el favoritismo ^Destacado

Aunque se trate de actividades muy distintas, los gamers y los adictos al trabajo tienen en común pasar muchas horas del día sentados frente al computador. No obstante sea su opción favorita, un fanático de los videojuegos tendrá un dilema al decidir entre una silla gamer o una de oficina común y corriente.

Una silla gamer está especialmente diseñada para pasar largos períodos jugando sin sufrir molestias musculares. Entre los tres tipos que hay en el mercado –de PC, mecedoras y de piso–, las para PC son las más usadas para jugar en el computador de escritorio o en un notebook.

Lo curioso es que estas sillas fueron producidas por un fabricante de asientos deportivos para automóviles y por ello se asemejan tanto al diseño de las butacas de los autos deportivos. Poseen espaldas anchas y acolchadas, que son cómodas y resistentes.

Las sillas gamer mecedoras son asientos muy cómodos que descansan en el suelo y se balancean hacia atrás y hacia adelante. Al igual que las de piso, son más usadas para jugar en consolas.

Por su diseño deportivo, suelen tener una estética marcadamente agresiva, aunque no todas son así y pueden encontrarse modelos más elegantes y sobrios. En cualquier caso, una buena silla gamer tiene ajuste de altura para el asiento y apoyabrazos, es reclinable y con ruedas que facilitan el traslado.

En todo caso, las sillas gamer más baratas no suelen tener ajuste lumbar y cervical, aunque sí cómodos cojines que lo compensan.

Comodidad profesional

No tan llamativas como las gamer, las sillas de escritorio están hechas para ser tanto o más cómodas. Enteramente diseñadas para quienes trabajan todo el día en el computador, tienen generalmente ajustes para adaptarlas a las diferentes formas corporales y alturas de sus usuarios.

Siendo la función principal de una silla de oficina la comodidad, relega lo estético a un segundo plano. No significa que no se vea bien, solo que su diseño está dirigido sobre todo al entorno profesional.

Su principal ventaja es que, salvo que se trate de modelos gama alta o de sillas ergonómicas, estas suelen ser bastante más baratas que las gamer y, por no mucho dinero, se puede adquirir una buena.

Hasta las más tradicionales poseen apoyabrazos con altura ajustable, aunque el respaldo no se recline. En las no tan actuales, solo se puede ajustar su altura y muy pocas tienen balanceo.

De muchísimos tipos, las sillas de escritorio más baratas son limitadas en su versatilidad, por más que tengan ruedas y se pueda ajustar la altura del asiento. Los modelos más avanzados tienen función de reclinado, incluso ajuste lumbar, aunque su precio aumenta bastante.

Hacer la diferencia

Mientras las gamer priorizan el estilo por encima de la comodidad, en las sillas de escritorio es exactamente al revés, aunque no siempre sea 100% así.

Si bien, ambas tienen diferencias visuales y estructurales, finalmente ambos estilos están ergonómicamente diseñados y comparten el objetivo final de mantener cómodo al usuario durante horas sin sufrir problemas musculares a mediano plazo.

Una silla para gaming suele tener una gama de características que maximizan la comodidad: reclinación, apoyo lumbar, altura ajustable del asiento y más. Una silla ejecutiva puede tener las mismas características, incluso agregar otras, como altura ajustable del respaldo, asientos en cascada para que las piernas cuelguen cómodamente, etc.

Hora de elegir

La elección dependerá siempre de las necesidades del usuario. Más ostentosas, las sillas gaming ocupan bastante espacio, mientras que las de escritorio tienen una apariencia minimalista.

Tratándose de presupuestos bajos, las gamers son un poco más ergonómicas que las de oficina baratas. Incluso una gamer barata tiene elementos básicos de una buena silla ergonómica, como almohadas lumbares, respaldos robustos y apoyabrazos ajustables.

Para un buen presupuesto 100% centrado en la comodidad, las sillas de oficina son más ergonómicas, porque no están restringidas a una forma particular como las gamer y pueden innovar con materiales flexibles, reposacabezas 3D, soporte lumbar y más.

La diferencia central entre estos estilos de sillas es, básicamente, la apariencia. Ambas están equipadas para ser usadas por largos períodos sin sentir la necesidad de que se lamentará más tarde.