Acerca de la eficiencia de los programa de incentivos ^Destacado

Hasta en un 16% puede mejorar el rendimiento de una empresa un programa de incentivos, siendo por ello una herramienta para aumentar la productividad de los trabajadores y retener talentos en la compañía.

Sebastián Hevia, director de Sawa Incentive Marketing, explica que la Asociación de Marketing de Incentivos, IMA, define a tales programas como “campañas de marketing diseñadas para promover acciones específicas entre los colaboradores, buscando producir resultados medibles a través de la motivación”.

En ese sentido, comenta que cuando un trabajador baja su nivel de compromiso con la empresa, su productividad también disminuye considerablemente. Esto no solo puede perjudicar su desempeño personal sino también el de sus compañeros. Por el contrario, los colaboradores felices son más fieles a la organizaciones en que trabajan, lo que repercute directamente en su disposición y por tanto en su productividad.

La experiencia de Sawa

Los incentivos se han vuelto, según Hevia, en una carta estratégica para lograr un mejor nivel de identificación de un colaborador con la compañía, “dando un valor agregado a su trabajo y generando un vínculo mucho más fuerte entre ambas partes”.

El ejecutivo de Sawa señala que esta compañía ha logrado en sus 20 años de trayectoria establecer aspectos claves para que una estrategia de incentivos logre la efectividad deseada. Dice por ejemplo que tanto el trabajador como la empresa deben tener una retribución para ver rentabilizados sus anhelos y objetivos.

Asimismo, como la idea de dar incentivos es motivar a los trabajadores para mejorar su productividad, no solo lo que se ofrece debe estar previamente establecido sino que el lenguaje que se utilice debe canalizar de manera eficiente los lineamientos de la empresa.

En ese sentido, sostiene que el uso de plataformas y nuevas tecnologías ayuda a entregar las directrices deseadas, por lo que se han vuelto el canal de información ideal entre una empresa y sus trabajadores.

Desde adentro hacia afuera

Otro aspecto relevante es que el programa de incentivos que se implemente sea medible. “Para reconocer el éxito que se tendrá con la puesta en marcha de la estrategia, se deben tener indicadores o KPIs que puedan controlar los objetivos y permitan cuantificar el resultado”, dice Sebastián Hevia.

Por lo mismo, señala que es importante que los programas de incentivos no monetarios se reevalúen sistemáticamente. A su juicio, no necesariamente lo que funciona una vez es efectivo en el futuro. “Las personas y sus motivaciones van cambiando; por eso es conveniente ir evaluando los programas y estrategias que se llevan a cabo en una compañía”, explica.

Concluye el ejecutivo de Sawa que, para la empresa especializada en esta área del endomarketing, un buen programa de incentivos no solo puede cambiar la cara interna de una compañía, sino también impactar en el mensaje que llegue a los clientes y alcanzar así los resultados esperados.