Los eco-económicos serán tendencia global durante 2023
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Euromonitor International incluye a este tipo de consumidores en un reciente informe de tendencias para el año que se inicia.
Los comportamientos de consumo tienen actualmente menos que ver con la adquisición y más con la reducción, lo que impacta positivamente en el planeta. Es una de las afirmaciones que hace la consultora de mercados Euromonitor International en su reciente informe Las 10 tendencias globales de consumo en 2023.
Señala este documento que los recortes no son todos malos y que limitar y reducir se ha convertido en una opción rentable. Esto quiere decir que disminuir el consumo es aumentar la sostenibilidad. De hecho, a nivel global, el 43% de los consumidores redujeron su consumo de energía el año pasado.
Todo esto constituye una de las 10 tendencias que anticipa Euromonitor como aquellas que marcarán el consumo de las personas en el año que se inicia: la de los llamados “eco-económicos”.
Una tendencia que se da en un mundo que ya cuenta ocho mil millones de habitantes, con una tasa de inflación anual de 5,8%, el 62% de la población usando Internet y con 6,5% de crecimiento previsto de las ventas totales del comercio minorista.
Recorte de gastos
Afirma el reporte que, durante la pandemia, la sostenibilidad estuvo supeditada a la seguridad. Pero, al mismo tiempo, los confinamientos tuvieron un efecto climático positivo, que es la mejora de la calidad del aire. En la post pandemia, si bien el ahorro tiene prioridad, el alza del costo de la vida está creando un nuevo comportamiento sostenible.
Los precios de los bienes, la energía y la vivienda hacen que la gente recorte gastos. Al respecto, Euromonitor prevé que los consumidores seguirán migrando a productos de bajo consumo de energía, comiendo en casa, reduciendo el uso de electrodomésticos y limitando los viajes.
El año pasado, menos de una quinta parte de los consumidores estaba dispuesta a pagar más por productos básicos del hogar con características sostenibles. Pero hubo un impulso hacia la reparación, la compra de artículos de segunda mano y el alquiler.
Tras la crisis post Covid, las motivaciones de compra eco-económicas se derivan también del deseo de vivir de forma más responsable.
Acercar los precios
En este escenario, modelos ya conocidos como el de economía circular son una opción eco-económica. Por ejemplo, los servicios de reventa y alquiler pueden mejorar la gestión de los inventarios sin depender únicamente de la producción neta nueva.
Pudiendo los servicios de reparación prolongar la vida de los productos, se ayuda a reducir los desechos y se ofrece una solución económica a los consumidores. Por su parte, las marcas se vuelven creativas.
En efecto, los bienes duraderos de bajo consumo, como vehículos eléctricos o electrodomésticos, reducen las emisiones. Las apps de navegación muestran rutas automovilísticas más eficientes en consumo de combustible, y las nuevas empresas innovadoras están haciendo accesibles las energías renovables.
El principal desafío para los productos sostenibles es entonces su costo. Según Euromonitor, los fabricantes y el retail tendrán que acercar los precios a los de las marcas convencionales para mantener y aumentar las ventas.
Pasos adelante
La necesidad económica está dando paso, de esta manera, a una nueva era de comportamientos sostenibles más que de decisiones de compra. Los consumidores seguirán este año siendo reacios, de acuerdo con el informe, a pagar más por productos sostenibles.
Es que los patrones de consumo tienen menos que ver hoy con la adquisición y más con la reducción. Por tanto, los modelos de negocio deben esforzarse por unificar el ahorro de costos con el comercio verde.
Ejemplos, Euromonitor entrega al menos tres. Está el de Nike, que estrenó un robot llamado Bot Imitated Longevity Lab (B.I.L.L.) diseñado para limpiar y reparar zapatillas.
La empresa alemana We Do Solar diseña paneles solares modulares –hágalo usted mismo– para balcones de departamentos que dicen reducir la cuenta de electricidad hasta un 25%, así como las emisiones de CO2.
Y el almacén Sainsbury’s, en el Reino Unido, ha abierto Sainsfreeze, un congelador emergente en el que se puede entrar, que muestra a los consumidores qué alimentos se pueden congelar, como los huevos y la leche, para reducir los desechos, prolongar la frescura y ahorrar dinero.
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