El significado del consumo para la Generación X en Chile

Su momento de mayor poder adquisitivo atraviesa la Generación X, que representa el 17% de la población mundial, de acuerdo con el estudio global “The X Factor”, dado a conocer recientemente por NielsenIQ y World Data Lab.

Según este trabajo, de la consultora mundial de inteligencia de consumo y WDL, que desarrolla datos predictivos, el gasto de este grupo de personas –nacidas entre 1965 y 1980– alcanzará este 2025 los $15.2 billones de dólares.

La proyección para 2035 es, en tanto, de $23 billones, lo que la posiciona como la generación con mayor nivel de gasto en el mundo hasta al menos 2033. En Latinoamérica, si bien es superada por las generaciones Millennial y Z en volumen de gasto, la Gen X sigue siendo clave en decisiones familiares y consumo estratégico, especialmente en categorías como salud, tecnología, belleza y alimentos.

Al sostener a hijos y padres, ejercen un rol de “consumidores cuidadores” que los convierte, según El Factor X, en un grupo de alto valor para las marcas que logren conectar con sus prioridades reales: funcionalidad, confianza y conveniencia.

Un consumo práctico

La Generación X muestra en Chile, según el estudio, un perfil de consumo que se puede definir como moderado y racional. Solo el 1% declara poder gastar libremente, mientras que un 43% afirma vivir cómodamente, aunque comprando algunas cosas solo por gusto.

Esto sugiere que, si bien gozan de cierta estabilidad económica, prima en los X la prudencia y la planificación financiera. Por tanto, no se pueden caracterizar como consumidores impulsivos. Más bien, tienden a evaluar el valor funcional y emocional de sus compras antes de hacerlas.

Respecto de su relación con las marcas, un 31% de los X prefiere las pequeñas cuando las condiciones son equivalentes, con una inclinación hacia lo local o auténtico, posiblemente asociada a la confianza o la cercanía. Por otro lado, un 29% solo compra lo necesario sin pensar demasiado en la marca, lo que confirma un consumo práctico y desmarcado de la aspiracionalidad.

El equilibrio entre racionalidad y valoración de lo pequeño indicaría que la marca importa, aunque no define, predominando la funcionalidad y la coherencia con los valores personales.

Innovación con cautela

Señala el estudio que esta generación tiene una apertura moderada a la innovación. Solo un 6% dice disfrutar ser el primero en probar cosas nuevas y un 30% muestra curiosidad por mantenerse al día.

La mayoría (47%) afirma que a veces prueba cosas nuevas sin hacer un esfuerzo especial, mientras que un 18% prefiere no arriesgarse. En el global, la curiosidad está contenida. Si bien la Generación X chilena no teme la innovación, prefiere la seguridad y la fiabilidad antes que la novedad por sí misma.

Existe, por lo mismo, una adopción moderada de tecnologías inteligentes. Dice el estudio que el 38% permitiría que un dispositivo inteligente hiciera pedidos automáticos, el 36% aceptaría recomendaciones de una IA, el 34% usaría IA para agilizar decisiones de compra.

Sin embargo, el 61% evita compartir datos personales por desconfianza en la privacidad. Esto evidencia una tensión entre la conveniencia tecnológica y la preocupación por la seguridad de los datos. La Generación X en Chile valora la utilidad, pero exige transparencia y control en el uso de sus datos.

Bienestar activo

La sostenibilidad ya no es un tema marginal para los X, sino parte del proceso de decisión de compra. El 68% compra productos eficientes o de bajo consumo y un 55% está dispuesto a cambiar de proveedor por opciones más sostenibles.

Para esta generación, ser responsable con el entorno es una extensión de su sentido de estabilidad y coherencia personal. El interés por la salud y el bienestar es, sin embargo, alto.

En efecto, 69% consume vitaminas o suplementos; 30% estaría dispuesto a usar fármacos para apoyar la pérdida de peso; 58% usa tecnología o apps para gestionar su salud, y 34% utiliza dispositivos portátiles que aprenden de sus hábitos.

Los datos hablan, según el estudio, de una generación que asume un rol activo en su bienestar, combinando prácticas tradicionales con apoyo tecnológico, aunque sin una adopción masiva. Además, un 31% reconoce estresarse al decidir qué comer, lo que revelaría una búsqueda constante de equilibrio entre salud, tiempo y bienestar familiar.

Generación madura y selectiva

Aunque de decisiones racionales, un 57% de los X se da el gusto de comprar productos premium ocasionalmente, especialmente para sí mismos o su familia. Esto sugiere un consumo emocional selectivo, que asocia la recompensa al esfuerzo y no al impulso. Más que estatus, el gasto premium implica bienestar emocional.

Por otro lado, el 53% prefiere esperar más por atención humana antes que interactuar con un agente generado por IA. La Generación X valora la empatía, la confianza y el contacto personal como esencial en la experiencia de servicio.

Concluye el estudio de NielsenIQ que, en Chile, esta generación se define por un consumo reflexivo y con propósito. Económicamente estable, es prudente al gastar, valora la funcionalidad y la autenticidad por sobre las marcas. Adopta la tecnología con cautela, prioriza la sostenibilidad y el bienestar personal, y mantiene una clara preferencia por la interacción humana frente a lo automatizado.

En definitiva, es una generación madura y selectiva, que incorpora la innovación solo cuando aporta valor real y coherencia a su vida cotidiana.