Santa Ema celebra los 30 años de su vino ícono Catalina

Uno de los hitos más significativos de su historia reciente, que son los 30 años de su vino ícono Catalina, está celebrando este año la Viña Santa Ema. Homenaje a Catalina Moreno, figura clave en la historia de la familia Pavone, marcó un punto de inflexión en la construcción del relato de la empresa.
Desde su creación, ha sido testigo de una evolución que hoy proyecta a Santa Ema hacia nuevas generaciones de consumidores. Fue, por ejemplo, el primer paso en la construcción de una categoría ultra premium dentro del portafolio de la viña.
Llamó la atención desde el inicio, especialmente por su diseño, que incluye su icónica etiqueta en tela, junto con una composición que lo posicionó luego entre los vinos ícono del valle del Maipo.
Nació en Isla de Maipo como una mezcla de Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc y ya en 1999, con el redescubrimiento del Carménère en Chile, esta cepa reemplazó al Merlot, logrando así una nueva estructura.
De 7.000 botellas anuales iniciales pasó en tres décadas a 70.000 actuales, acumulando más de 900.000 desde entonces, logrando presencia como marca en Chile, Brasil, China y Estados Unidos, con un rol clave en la premiunización de Santa Ema, complementada por Cuarto Elemento, Gran Reserva y Félix.
Según Andrés Sanhueza, gerente general de Viña Santa Ema, Catalina es mucho más que un vino ícono; es un reflejo de lo que es Santa Ema como viña familiar, con consistencia, visión de largo plazo y respeto por su origen.
“Este aniversario marca no solo 30 años de historia enológica, sino también tres décadas de evolución como compañía, en las que hemos logrado proyectarnos al mundo sin perder de vista lo que nos inspira: hacer vinos con identidad, con propósito y con un fuerte compromiso con la sustentabilidad”, expresó.
Comentarios potenciados por CComment