Eduardo Lasheras: Exceso de bondad

Escribe el director de marketing y producción de la Universidad Andrés Bello y fundador de Marketing Feliz.
“El exceso de bondad corrompe”. Es una frase tallada en roble que no busca ahondar sobre el acto puro de corrupción, ya que, sin duda alguna, para esto último, solo basta con prender la televisión y ver las actuales noticias que sorprenden – cada vez más– a su incrédula audiencia.
Lo que en realidad esta frase pretende es comprender la idea de que, si uno entrega –lo que sea– continua y desbordadamente el beneficiario lo verá como algo habitual y casi como un deber. Sin valorarlo, o bien entenderlo, como el gentil acto de la genuina entrega que busca, en su actuar, apoyar y favorecer al otro sin pedir nada a cambio.
Entonces, siendo así, parece ser un defecto humano que, al creer o sentir tan segura una persona o situación, comienza a desmembrarlo inconscientemente al no ver la importancia del regalo que se le está otorgando.
Qué difícil es cuando una empresa, sin buscarlo, se enfrenta a una situación en la cual su líder acuña la idea equívoca de que mantiene y dirige a un equipo cohesionado, creyendo que ha logrado hacer de su empresa una “gran familia”, donde se comparte una visión de futuro, propósito, anhelos y objetivos.
Asume, en este este estilo paternalista y sesgado, una realidad muy distante a lo que en verdad puede –no siempre– suceder: subordinados que, sin valorar esta cercanía y confianza, comienzan a tomar partido de la situación.
Que bajan su productividad y eficiencia, creando posibles conflictos y probablemente, tomándose atribuciones que no les corresponden como el resultado de sentirse seguros e invulnerables ante cualquier cambio o giro que la organización pretenda desarrollar.
"Qué difícil es cuando una empresa, sin buscarlo, se enfrenta a una situación en la cual su líder acuña la idea equívoca de que mantiene y dirige a un equipo cohesionado..."
Para los que no tienen nada que perder, la verdad no llega suficientemente rápido. Siendo esta, una que grita a voces que mantener esta situación por un tiempo prolongado no es posible.
Ambos extremos, ya sea líder o subordinados, tienen en su relación algo que es inevitable no considerar y que, de no prestarle atención, caerá de golpe como término irremediable de su vínculo primario de trabajo: los resultados.
Comprendiendo aquello, enfatizamos que esto no es una “relación familiar” sino “profesional”. El jefe no es padre de sus colaboradores y estos –entre sí– no son hermanos.
Todos están ahí por un acuerdo comercial frente a un solo propósito: servicios profesionales que aportarán al éxito de los objetivos que la organización requiere alcanzar. Sin mermar, en este ejercicio, una empresa que fomentará un excelente ambiente de trabajo, proveyéndole resguardado, crecimiento profesional y liderazgo empático ante sus necesidades.
El líder debe ser justo, cercano, concreto y claro a la vez, ya que esto le otorgará validez a su mensaje al momento de comunicar qué es lo que pretende, cuándo lo requiere y qué espera obtener como resultado final.
Aunque la justicia involucra también actuar correctamente ante resultados ineficientes, situaciones no gratas, o bien, actos que no vayan de acuerdo con la legalidad o visión que posea la empresa en su quehacer.
"Calidad es el cumplimiento de las expectativas y es el acto de conectarse con lo que se hace."
Esta balanza ética-profesional, permitirá alcanzar una mayor comprensión en su audiencia, calando hondo en las mentes y corazones de quienes deben ayudarle con todo proyecto o situación que enfrentarán juntos.
Comunicacionalmente, una organización sana es aquella en la cual cada uno de sus miembros conoce su visión, misión y valores corporativos, pero también comprende para sí mismo cuál es el tributo que otorga para el proyecto y para sus compañeros de trabajo. Gracias a su ayuda recíproca, estos transformarán esta contribución en algo mucho más potente y grande que si sólo lo entregaran de manera singular.
Por esta razón, surgen los planes de comunicación y marketing internos, ya que todo proyecto debe ser bien comprendido para ejercerlo correctamente. Si a esto le sumamos el factor de hacerlo con elementos, planes y acciones que le otorguen el matiz de “positivo”, es probable que los resultados sean aún mayores.
Pues no existe nada mejor que apelar a ese sentimiento de ser parte de algo, que produzca orgullo por el trabajo entregado y como estos facilitaron la obtención de los resultados.
Quizás, este sentimiento puede tener algo de familiar, pero será uno cuyo vinculo sea el profesional, comprendiendo que existen reglas del juego que no se pueden obviar o acomodar a gusto, y que jugándolo como corresponde, dará orgullo para quien lo desarrolle, pero también una contribución pecuniaria por ello.
Calidad es el cumplimiento de las expectativas y es el acto de conectarse con lo que se hace.
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