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Juan Pablo Beltrán: Data, protección y urgencia. El desafío empresarial de 2025

Juan Pablo Beltrán: Data, protección y urgencia. El desafío empresarial de 2025

Partner de ciberseguridad y resiliencia de Cybertrust Latam comenta acerca de algunos aspectos surgidos del estudio Data Driven Index 2025.

La transformación digital ha cambiado la manera en que operan las empresas y cómo toman decisiones. Hoy avanzar hacia una cultura basada en datos ya no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad estratégica.

Así lo refleja el reciente estudio Data Driven Index 2025, que revela que 84,6% de los líderes empresariales en Chile reconoce la relevancia crítica de los datos para sus negocios. Sin embargo, el mismo informe muestra una contradicción alarmante: solo 22% está al tanto de la nueva Ley de Protección de Datos Personales.

Este bajo nivel de conocimiento, a pesar del alto nivel de conciencia sobre el valor de los datos, debería ser una señal de alerta para todo el ecosistema empresarial. Porque la data no es solo información: es el activo más valioso de la economía digital y, como tal, requiere de resguardo, gobernanza y responsabilidad.

La nueva normativa chilena –que se alinea con estándares como el GDPR europeo– impone obligaciones estrictas sobre cómo se recopilan, almacenan y utilizan los datos personales.

También define la creación de una nueva institucionalidad fiscalizadora, con facultades para sancionar a quienes incumplan. No se trata solo de adecuar cláusulas legales o actualizar políticas de privacidad: se trata de repensar completamente cómo las empresas gestionan la confianza digital.

Pero entender este desafío va más allá de lo legal. Está profundamente ligado a la seguridad de la información y la ciberseguridad. Porque cumplir con la norma será insuficiente si las plataformas siguen siendo vulnerables a accesos no autorizados, brechas o ataques cibernéticos que expongan datos sensibles de clientes, trabajadores o usuarios.

En este escenario, esperar no es opción. Los plazos de implementación de la ley ya están definidos, y el tiempo para actuar se acorta rápidamente. Las empresas que no inicien desde ya un plan serio de cumplimiento no solo se exponen a multas, sino a un daño reputacional difícil de revertir.

Por el contrario, quienes se anticipen podrán construir un nuevo estándar de confianza con sus clientes y diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo y vigilado.

El uso ético, seguro y transparente de los datos será uno de los pilares que definirá a las organizaciones exitosas de esta década. La tecnología evoluciona. La regulación también. Y el verdadero liderazgo consistirá en adaptarse a ambos, sin perder de vista que proteger los datos personales es proteger a las personas.

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